Vaya semanita
La semana pasada ha sido muy prolífica en la publicación en revistas científicas de investigaciones relacionadas con la dislexia. Si en la entrada anterior hacíamos referencia al trabajo de Wai Ting Siok y colaboradores publicado en Current Biology sobre las diferencias del procesamiento cerebral durante la lectura en inglés y en chino, el jueves día 15 aparecía en Nature el artículo de Manuel Carreiras y colaboradores sobre quien hemos hecho referencia en este blog en alguna ocasión.(Imagen procedente del artículo An anatomical signature for literacy, publicado en Nature)
En este artículo, la principal novedad consiste en que se ha investigado cómo se procesa la información en la lecto-escritura en adultos ex-guerrilleros colombianos que aprendieron a leer durante un proceso de reinserción social, evitando así la distorsión que puede generar el complejo proceso madurativo de un niño y que afecta a todo el cerebro en su conjunto.
Los estudios previos con disléxicos habían mostrado que tienen una menor densidad de materia gris y de materia blanca en las mismas regiones identificadas ahora en el trabajo de Carreiras et al. La interpretación que se hacía es que esas diferencias estructurales eran la causa de la dislexia. Sin embargo, puesto que el tamaño de estas áreas crece al aprender a leer, los autores proponen que las diferencias cerebrales de los disléxicos no son la causa de sus dificultades en el aprendizaje de la lectura si no su consecuencia. Al no aprender a leer, las áreas no crecen.
Casi sin tiempo para asimilar estos nuevos hallazgos, el viernes 16 se publicaba en Science el artículo de Sahin y colaboradores Sequential Processing of Lexical, Grammatical, and Phonological Information Within Broca’s Area en el que, por medio de unos electrodos intracraneales en el área de Broca (área del lenguaje) tuvieron la ocasión de registrar la actividad neuronal de tres pacientes de epilepsia durante el proceso de preparación para la cirugía.
(Imagen procedente del artículo Sequential Processing of Lexical, Grammatical, and Phonological Information Within Broca’s Area, publicado en Science)
En este trabajo identificaron patrones de actividad neuronal indicando procesos cerebrales léxicos, gramaticales y fonéticos alrededor de 200, 320 y 450 milisegundos respectivamente después de que se realizasen tareas como repetir palabras, cambiarlas de género y de número o conjugar tiempos verbales. Según los autores, estos tiempos se registraron en todos los pacientes y permiten establecer el tiempo de comprensión, elección y vocalización en tan sólo seis décimas de segundo.
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