Descifran cómo decodifica el cerebro el lenguaje escrito
En términos evolutivos, el lenguaje escrito es una invención relativamente reciente. Los primeros registros, de hace "apenas" cinco mil años, son los caracteres ideográficos de los sumerios. Más de dos milenios después, partiendo de un sistema de escritura difundido por los fenicios, los griegos empezaron a escribir separadamente las vocales y las consonantes que se convertirían en la base del alfabeto occidental.Pero aunque hoy nos parezca algo natural, cabe preguntarse cómo hizo el cerebro para desarrollar la habilidad de interpretar las infinitas combinaciones gráficas del lenguaje.
Un trabajo publicado en este mes de julio, en la revista Neuron (abstract): Hierarchical Coding of Letter Strings in the Ventral Stream: Dissecting the Inner Organization of the Visual Word-Form System (Neuron 2007; 55: 143-156), aporta interesantes hallazgos en relación al modo por el que el cerebro decodifica el lenguaje escrito.
Según Mariano Sigman, uno de sus autores "La palabra es un objeto visual que corresponde a un ente semántico. Obviamente, este objeto visual depende de la notación que uno emplea, que en nuestro caso son símbolos que se recombinan según distintas reglas. Uno aprende a leer deletreando, pero hay un momento en que ve ese objeto como un todo y aunque cambien un poquito algunas partes igual lo reconoce. Es que para el cerebro hay letras que son más importantes que otras."
Según detalla Sigman, en IntraMed en la mayoría de los idiomas casi toda la información está en las consonantes. Las vocales son como "puentes fonológicos" que sirven para hacer más fácil el discurso. Eso explica por qué, por ejemplo, uno puede deducir que el grupo "plbr" quiere decir "palabra".
Utilizando resonancia magnética funcional para entender qué pasa en el cerebro durante la lectura, los investigadores pudieron corroborar que en un área visual localizada sobre el lóbulo izquierdo hay distintas regiones que se activan según se presenten letras, bigramas (conjunciones de dos letras), trigramas o cuadrigramas frecuentes.
"Les mostramos subliminalmente a individuos normales toda una familia de imágenes que rompen las reglas lingüísticas, tanto en el nivel de la letra como del bigrama, del cuadrigrama y de la palabra -explica Sigman-. Así pudimos corroborar que el cerebro tiene «detectores» de letras que se recombinan para generar detectores de combinaciones de letras, pero no de todas, sino sólo de las que son posibles dependiendo de cuál sea el idioma en que se lee, y así sucesivamente. Es como si se activara el primer piso para las letras, el segundo para los bigramas, y así. Existe lo que en matemática llamamos «gradiente»: una progresión de complejidad."
La noticia, más extensa, en IntraMed.
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