lunes, 16 de abril de 2012

¿Para qué?

Por segundo año, el IES Sierra de Guadarrama ha organizado una reunión sobre dislexia y otras dificultades de aprendizaje que tuvo lugar el pasado día 12 en la localidad madrileña de Soto del Real, tal y como anunciábamos en la entrada anterior. Ante padres y madres de alumnos de dicho Instituto, miembros del Equipo de Orientación Educativa y Psicopedagógica (EOEP) de Colmenar Viejo y La Cabrera, así como del equipo de Atención Temprana y del Departamento de Orientación de dicha localidad, profesorado de Miraflores de la Sierra, Soto del Real, Guadalix de la Sierra y, en especial, integrantes del Servicio de la Unidad de Programas Educativos de la DAT Norte de Madrid (seguro que nos dejamos a alguien más), junto a la Presidenta de Dislecan y actual Presidenta de la FEDIS, Anita Pestaña, participamos en dicha Reunión para fomentar la divulgación del conocimiento científico actual de la dislexia.


Salimos contentos y satisfechos por el interés demostrado por los asistentes en un tema tan crucial como son las dificultades de aprendizaje, en las cuales los docentes suelen ser conscientes de una formación habitualmente insuficiente dado el problema que representa su manejo en el aula. Además, la Asociación Catalana de Dislexia celebra el próximo día 21 de abril su 9ª Jornada sobre dislexia en Cataluña.


Todo ello debería ser motivo para alegrarnos y sentirnos esperanzados por un futuro mejor para nuestros hijos con dislexia pero, noticias como las de hoy mismo, sacan a relucir nuestro pesimismo más persistente en relación a la dislexia. Que la manera de luchar contra el fracaso escolar, uno de los más altos de la Unión Europea, consista en aumentar un 20% el número de alumnos por clase y aumentar el número de horas lectivas del profesorado, tal como ha anunciado el Ministro de Educación, hace que nos planteemos ¿para qué el esfuerzo de algunos en avanzar en esto de la dislexia? Si se trata de recortar, si lo que menos importa es la tragedia que se esconde detrás de cada fracaso escolar, ya puestos, ¿por qué no una clase única en cada Polideportivo Municipal? Con un profesor por curso sería suficiente. ¿Qué importa que aprendan o no los que están llamados a relevar a nuestra actual generación? Además, si se les enseña demasiado, acabarán cediendo a la tentación de emigrar de España en busca de un futuro con esperanza, eso que no se les ofrece en los tiempos actuales.

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