miércoles, 4 de marzo de 2009

Del lapsus linguae de Zapatero

Como sabéis, la noticia del gazapo cometido ayer por el Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero,durante la rueda de prensa en la que explicaba varios acuerdos suscritos con su homólogo ruso Dmitri Medvédev, se convirtió en la noticia del día.
Hemos hecho un acuerdo para estimular, para favorecer, para follar... para apoyar ese turismo, se le oyó decir al líder del PSOE tal y como recogen prácticamente todos los medios de comunicación. A las pocas horas del desliz, el vídeo estaba colgado en YouTube y recibió cientos de miles de visitas según ABC.
No sería de extrañar que en un futuro no muy lejano, se utilizase como argumento de una posible dislexia del actual Presidente de Gobierno; y nos referimos a una dislexia más allá de la dislexia política, término acuñado por algunos políticos y periodistas que nos parece desacertado; y no precisamente porque se le atribuya a Rodríguez Zapatero.
Dejando a un lado la divertida anécdota, queríamos tratar del diagnóstico de las Dificultades de Apendizaje (DA) y de los problemas que plantea éste. Si se han propuesto hasta 11 definiciones históricas de las DA, al igual que sucede con la dislexia, el resultado de la evaluación dependerá de la definición que usemos. El Profesor Lagae, de la Facultad de Mdicina de la Universidad de Leuven, en una reciente revisión (Pediatr Clin N Am 2008; 55:1259-68), nos propone una explicación para comprender las Dificultades de Apendizaje basado en un esquema de la doctora Frith (Dev Neuropsychol 2001; 20:555-63) y que hemos adaptado al español.



Según este esquema, pueden plantearse las DA en tres niveles distintos, según los diferentes profesionales implicados. El primer nivel, el del comportamiento del niñ@, haría referencia a los problemas detectados, fundamentalmente, en la escuela. Desde el punto de vista de la intervención, se trataría del nivel más importante de cara al diseño de las estrategias más apropiadas en cada caso así como el seguimiento de las mismas.
En un segundo nivel, los problemas son identificados y evaluados con baterías de tests neuropsicológicos apropiados para la detección de las diferentes categorías de DA: dislexia, discalculia, TDAH, etc. A este nivel se pueden diseñar estrategias de intervención que puedan ser evaluadas de acuerdo al método científico.
En el tercer nivel, las bases neurobiológicas de las DA son desentrañadas por medio de estudios científicos de índole genética o de neuro imagen. Lo interesante de este planteamiento es como, utilizando un código de colores se nos hace más representativo el valor individual del diagnóstico (verde) frente a la evidencia científica (rojo) del conocimiento de las DA. Como podemos apreciar en el esquema, el balance entre ambas cuestiones se encuentra más compensado en el segundo nivel, el neuropsicológico.
Es por esto por lo que solemos encontrar desproporciones en cuanto a la incidencia de las DA dependiendo del nivel de donde proceda la información junto con la definición usada. Basándonos en estudios meramente conductuales (1º nvel), la incidencia y prevalencia de las diferentes DA será más elevado que si utilizamos baterías de test neuropsicológicos (2º nivel) o técnicas de neuro imagen (3º nivel) restrngidas actualmente a la investigación.

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